Todos hemos escuchado hablar de estos collares (adiestramiento, ahogo, púas...). Hace décadas fueron muy empleados en razas de perros con gran potencia física y desarrollo muscular (como Pitbull, American Standfordshire Terrier o Boxer) para tener un mayor control durante los paseos, ya que al poseer dichas características un tirón de correa podía ocasionar daños físicos en el tutor o problemas con otros perros. Esto se convirtió en una tendencia, con el paso del tiempo, entre perros de cualquier raza con problemas durante el paseo. Fueron muy recomendados por diversos adiestradores, incluyendo en la televisión. En los últimos años comenzó un movimiento iniciado por diversos veterinarios y etólogos en contra del empleo de esta herramienta, apoyados en la evidencia científica y en el bienestar animal. A pesar de todo, estos collares siguen siendo comercializados y muchos perros sufren sus consecuencias, tanto físicas como emocionales. Nuestra labor, como tutores de perros, es velar por su bienestar y cuidar nuestro vínculo.
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